Por la carretera que une la población de Cuacos con el Monasterio de Yuste accedemos al Cementerio Alemán. Como indica la placa que encontramos dentro del recinto, en este cementerio están las sepulturas de 26 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda.
Entre estas hay 25 lápidas "in memoriam", por no contener restos, y
8 lápidas dedicadas a soldados desconocidos ("Ein Unbekannter Deutsche Soldat")

Es importante indicar que en este cementerio no hay enterrado ningún soldado alemán que participara en la Guerra Civil Española, apoyando al bando del General Franco, la conocida Legión Cóndor.
Todas la lápidas son iguales, sin distinción de rangos. En ellas está escrito el nombre del soldado fallecido, su trabajo y las fechas de su nacimiento y muerte. En una pradera con olivos y robles y con magníficas vistas de la Vera, las lápidas están ordenadamente colocadas en filas. El lugar transmite una sensación de paz y tranquilidad, a la vez que un cierto desasosiego. Resulta algo extraño encontrar en el interior de España los restos de soldados alemanes que combatieron hace años fuera de nuestras fronteras.

Todos estos soldados fueron encontrados muertos o heridos graves en territorio español, a consecuencia de barcos hundidos o de aviones derribados. Muchos se encontraron en las costas españolas, como los 38 marinos del barco alemán U-77 hundido frente a Calpe.
Pero ¿por qué se reunieron todos estos cuerpos en este lugar de Cáceres? Parece evidente que la cercanía del Monasterio de Yuste, donde se retiró a pasar sus últimos días el también emperador de Alemania, Carlos V, influyó al escoger esta zona.

Por otro lado, la existencia de un organismo alemán, conocido por sus siglas VDK, encargado de localizar los restos de los soldados alemanes muertos en las guerras europeas del siglo XX y de reagruparlos en cementerios, custodiados por la misma organización, explica que estén aquí la mayoría de los soldados alemanes fallecidos en España, a consecuencia de las dos guerras mundiales.
Como este hay cientos de cementerios en Europa, los más importantes en Francia y Rusia, y todos ellos gestionados por la misma organización.

En 1975 la VDK adquiere el terreno conocido como el "Ronquillo", donde se realizaron las obras a cargo del arquitecto placentino José Pérez Curto, que intentó integrar el recinto en el entorno. En 1983 el Cementerio fue inaugurado y abierto al publico.
Anualmente la embajada alemana organiza un acto oficial en el cementerio, coincidiendo con el Día de Luto Nacional Alemán que se celebra siempre en noviembre, el domingo anterior al inicio del Adviento. Este Día de Luto es en recuerdo de las víctimas de las guerras y de los regímenes totalitarios.
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